Para prevenir la gastritis o aliviar sus síntomas cuando se padece, es importante llevar una alimentación adecuada. Una dieta que evite las comidas pesadas y que potencie las comidas poco intensas y de consistencia blanda para que poco a poco se vaya fortaleciendo la capa de mucosa que protege el estómago.
Se aconseja que las comidas que se hacen a lo largo del día sean poco abundantes y frecuentes intentando respetar la media de 5-6 comidas diarias. Por poquito que sea, desayune temprano. Recuerde que el estómago ha estado toda la noche sin contenido y eso lo hace más susceptible al efecto del ácido gástrico.
Los alimentos deberían de ser de consistencia blanda o jugosa. Las manzanas (sin cáscaras), las peras, el arroz y los plátanos o guineos no rasgan tanto a la pared gástrica y van creando una película que protege la mucosa gástrica.
Ingerir los líquidos 30 minutos antes o después de los alimentos sólidos.
Coma sentado y despacio y mastique adecuadamente los alimentos. De esta forma, llegan en una forma más digerible al estómago.
Evite comidas que contengan demasiados condimentos (pimienta, chile) y grasas. Esto incluye también a las boquitas en bolsas.
Evite las bebidas gaseosas, aunque sean dietéticas.
Evite el alcohol, el café (también descafeinado), el té negro, el chocolate y el tabaco.
No se acueste después de comer.
No consuma cantidades excesivas de azúcar. Esto incluye también las bebidas y las frutas dulces. Y ¡mucho cuidado con los postres y el pan dulce!
La leche, si bien produce alivio en el momento, provoca una mayor acidez después de 2 a 3 horas. El consumo de los lácteos debe ser moderado y prefiera los descremados o con poca grasa. Evite los quesos duros y muy salados.
Evite los alimentos muy calientes o muy fríos ya que provocan irritación.
Pruebe su tolerancia frente a los alimentos ricos en fibra (verduras cocidas enteras, ensaladas, legumbres, cereales integrales y frutas secas), ya que forman parte de una alimentación saludable.
Prefiera aquellas técnicas de cocina que menos grasa aportan a los alimentos: la cocción en agua (salcochado), vapor, escalfado, plancha y horno. Si usa el asado, evite que se queme el alimento (carne, pollo, pescado o verdura), ya que las partes negras producen irritación.
Respecto a los frijoles, un remojo prolongado y romper el hervor a mitad de cocción, disminuye la posibilidad de que causen irritación y flatulencia. Si aún así le causan problemas, licúe los frijoles y luego páselos por un colador para quitar la cáscara. Fríelos sólo con poco aceite.
En algunas personas los derivados del tomate (salsas) y el jugo de cítricos pueden causarles molestias. Sobre el consumo del limón hay diferentes opiniones: mientras varias fuentes lo mencionan como prohibido por su acidez, otras lo recomiendan en gastritis porque contribuye por su misma acidez a que se produzca menos ácido gástrico. Lo mejor es que el paciente pruebe si para él es beneficioso o dañino. Esto sí: tome el jugo de limón puro o diluido con agua, pero sin azúcar.
Progresivamente incluir alimentos nuevos hasta llegar a una alimentación normal y de acuerdo a las indicaciones de dieta equilibrada.
Consejos generales:
Los medicamentos antiinflamatorios / analgésicos (acetaminofén, aspirina, etc.) pueden afectar a la mucosa gástrica. Si es necesario tomarlos, trate de reducir la dosis y tómelos después de las comidas. El estrés y la tensión nerviosa contribuyen al desarrollo de la gastritis. Trate de controlar estas situaciones y si no es posible, ayude con un tranquilizante natural. Los niños ya pueden desarrollar gastritis. Es necesario controlar su alimentación y evitar que consuman muchas bebidas gaseosas y boquitas en bolsa.